domingo, 30 de marzo de 2008

Las Fabulas de Esopo

Desde muy niña me encantaban las Fábulas de Esopo, me maravillaba el hecho de aprender a partir de diálogos entre animales o entre aimales y persona. Hoy, releyendo algunas fábulas con mi hijo mas pequeño de 13 años, lo invité además a leernos la vida de Esopo. Mi hijo, tal vez cansado de tanta lectura, me dijo: "Cualquiera puede escribir una fábula"; su respuesta me molestó y le dije: Bueno, pues escribe una, tómate tu tiempo. En lo que yo seguía leyendo la vida de Esopo, al ratico me dijo mi hijo: Ya terminé la fábula y aquí se la presento y la comparto con ustedes. A mi me encantó, sobre todo su enseñanaza o moraleja, porque no esperaba tan rápida respuesta de mi hijo. Disfruten la Fábula de Mario (mi hijo) y a continuación otras de Esopo:

El Zorro y la Manzana.
Por: Mario Soldevilla F.
Había una vez un zorro que quería comerse una manzana que estaba en un árbol. El zorro no sabía si comérsela o no, pues desconocía si la manzana pertenecía a unos animales que habitan el árbol. Un lobo muy elegante, que lucía muy bien y que observaba la indecisión del zorro le dijo:
-Si fuera tú, la tomaría.
Pero un perezoso de muy mal aspecto le dijo:
- Yo tú preguntaría antes para ver si la puedo tomar. Pero el zorro le hizo caso al lobo elegante y cogió la manzana sin permiso. Al otro día salió de su madriguera del árbol una ardilla para buscar la manzana que ya no estaba.

Esa manzana era para la hermana de la ardilla, que estaba a punto de morir y era lo único que podía salvarla.

Moraleja:
No siempre el que mejor luce es el que tiene la razón.
No debemos tomar las cosas sin permiso, pues no sabemos las consecuencias.

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